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Fisiopatología de acné

Foto del escritor: Jana Martin RiveroJana Martin Rivero

Actualizado: 15 ene


El acné es una enfermedad inflamatoria crónica multifactorial que afecta a la unidad pilosebácea de la piel, es una de las disfunciones dermatológicas más frecuentes de la piel.

Se caracteriza por la aparición de lesiones de forma crónica y recurrente: comedones, pápulas, quistes, pústulas o nódulos. Dependiendo de la gravedad del acné pueden quedar lesiones residuales como cicatrices e hiperpigmentaciones post-inflamatorias.


Las lesiones suelen aparecer principalmente en el rostro, pero también pueden localizarse en cuello, tronco y brazos.


El interés en esta enfermedad de la piel se basa en la epidemiología con la que cursa, llegando a afectar al 85% de la población en alguna de sus formas en alguna etapa de su vida.

La etapa de la adolescencia es la de mayor prevalencia, los estudios indican que el 74% de la población española entre 12 y 18 años la padece, alcanzando su máximo entre los 14 y los 16 años.

Aunque se presenta con distintos grados de gravedad y afectación, se estima que un 20% de los pacientes presentan una intensidad moderada-grave del acné.


En cuanto a la diferenciación entre sexos, la prevalencia es similar entre los 12 y 18 años, aunque la mayor intensidad se presenta entre los 14 y 15 años en las mujeres y entre los 16 y los 18 años en los varones. Los casos más graves suelen afectar en mayor medida a los varones.

Aunque el acné que predomina la adolescencia (el acné vulgar, el más común y frecuente) tiende a desaparecer en la edad adulta, existe un porcentaje entre el 7-25% de la población en el que prevalece durante un tiempo más prolongado. En este caso, es más frecuente en las mujeres, especialmente por los cambios hormonales.



 


Fisiopatología:


La fisiopatología del acné es compleja y multifactorial.

Es una enfermedad que afecta al folículo pilosebáceo y se determinan 4 factores comunes e interrelacionados que intervienen en el desarrollo del acné:

  • Aumento de la secreción sebácea.

  • Hiperqueratinización.

  • Disbiosis microbiota cutánea.

  • Inflamación.


El aumento de la secreción sebácea se debe a una alteración hormonal: por un aumento de la producción de andrógenos (de ahí su mayor prevalencia en la adolescencia) o por una mayor disponibilidad de los andrógenos libres.

En la adolescencia hay un aumento sistémico de la producción de andrógenos de origen suprarrenal y gonadal y un aumento local de la producción de andrógenos a nivel de la piel.

El estímulo androgénico es el responsable de la estimulación de la glándula sebácea: interactúan con el receptor de andrógenos presente en muchas células de la piel, como los sebocitos y los queratinocitos foliculares, generando un aumento en la producción de sebo y una proliferación de las células sebáceas.


El sebo se ve aumentado en cantidad, pero también puede cambiar su calidad. El sebo de pacientes con acné presenta alteraciones en la composición de ácidos grasos libres, con disminución de ácidos grasos esenciales como el ácido linoleico, así como asociación con lípidos proinflamatorios como los ácidos grasos monoinsaturados y lipoperóxidos derivados de la peroxidación del escualeno del sebo.


Esto, unido a la hiperqueratinización ocasiona la obstrucción del canal folicular y el consiguiente acúmulo de sebo formando los comedones.


Otro de los factores interrelacionados en la fisiopatología del acné es la aparición de inflamación. El folículo pilosebáceo distendido tiende a liberar factores inflamatorios, generándose una inflamación excesiva en las unidades pilo-sebáceas y en la piel de alrededor.


Uno de los aspectos más interesantes y en estudio en los últimos años es la relación entre la microbiota y el acné.

La microbiota es el conjunto de microorganismos que viven en equilibrio en nuestra piel, favorecen su equilibrio y previenen la colonización de microorganismos patógenos.

Cuando hay una alteración de la microbiota (del equilibrio) se produce una disbiosis: un desequilibrio entre la diversidad y la función de la misma. Este desequilibrio puede ser cualitativo (aparecen o desaparecen especies de la microbiota) o cuantitativo (disminuye o aumenta la población de algún microorganismo).

En pieles con acné se observa el aumento de dos grupos diferentes de bacterias:

  •     Cutibacterium acnes filotipo IA1

  •     Sthaphylococcus epidermis.


Estas dos bacterias (C. acnes y S. epidermis) están presentes en la microbiota normal de una piel sana, contribuyendo a la homeostasis de la piel. Una alteración en su diversidad, debido en gran medida a una alteración de la función barrera, da lugar al aumento del filotipo IA1 de C. acnes que produce altos niveles de factores de virulencia que en su reacción con el oxígeno molecular generan radicales libres que dañan los queratinocitos y mantienen la inflamación en la zona del folículo.


Además, C. acnes es capaz de agruparse en colonias estructuradas de células bacterianas en una matriz polimérica dando lugar a la formación de biofilms que se adhieren a la pared del folículo, favorecen la compactación de los queratinocitos y empeoran las lesiones. Estos biofilms ofrecen además una mayor resistencia al tratamiento con antibióticos.



Formación del acné
Evolución de un folículo pilo-sebáceo sano a una lesión acneica: La producción de sebo aumenta, se empieza a acumular y obstruir el folículo, aumentando la hiperqueratinización. Favorece la colonización por C. acnes y la inflamación.


Factores desencadenantes:


  • La fisiopatología del acné es un proceso complicado con estos cuatro factores interrelacionados como principales responsables, pero hay ciertos factores que influyen en la aparición del acné o que pueden empeorar o desencadenar la aparición de brotes:

  • Predisposición genética.

  • Sobreexposición a la radiación ultravioleta.

  • Estrés y falta de sueño.

  • Contaminación.

  • Uso de productos cosméticos comedogénicos.

  • Alimentación: numerosos estudios relacionan la alimentación con la aparición de acné. El consumo excesivo de alimentos con alta carga glucémica, altos niveles de grasa o alimentos ultraprocesados, empeora su evolución.

  • La toma de ciertos medicamentos puede agravarlo: corticosteroides, algunos antidepresivos, litio, vitamina B12, inmunosupresores…

  • Enfermedades relacionadas: síndrome poliquístico, hiperplasia adrenal, obesidad, etc.



 

En siguientes artículos os hablaré de las manifestaciones y tipos de acné y de los tratamientos para esta patología.

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