Cada folículo piloso produce un pelo nuevo que va creciendo y pasando por las distintas fases de su vida hasta llegar a la final y caerse.
Fase Anágena:
Es la fase de crecimiento del pelo. Dura de 2 a 7 años.
Durante este periodo el bulbo piloso se regenera y produce el nuevo pelo.
Este cabello crece aproximadamente 1 cm al mes.
Esta fase es la que determina la longitud máxima del cabello.
Fase Catágena:
También llamada fase de transición o de reposo. Esta fase dura de 3 a 6 semanas y es la última parte de la producción de la fibra capilar, cuando el folículo se retrae de la superficie del cuero cabelludo y la actividad de sus células se paraliza.
El pelo deja de crecer y se mantiene así unas semanas.
Fase telógena:
Fase de caída y paso al siguiente ciclo de crecimiento.
En esta fase el pelo ya no crece, pero se mantiene unido al folículo unos 3 meses. Al final de esta fase, el pelo se cae normalmente mientras lo lavamos o lo peinamos.
Después, comienza de nuevo la fase anágena y se repite el ciclo. Es decir, el pelo va creciendo en ciclos sucesivos.
Se considera que aproximadamente un 80-90 % del pelo se encuentra habitualmente en fase de crecimiento y que un 10% en fase de expulsión.
A lo largo de la vida, el mismo folículo puede experimentar unos 20 ciclos diferentes.
¿De qué depende el crecimiento?
Hay diversos factores que pueden influenciar en el crecimiento del cabello:
Genética: influye en el número de folículos, la capacidad y la velocidad de crecimiento (la duración de la fase anágena).
La edad: a medida que se cumplen años, se van perdiendo folículos y el proceso de crecimiento se puede volver más lento.
Alimentación: la alimentación poco equilibrada puede conllevar una carencia nutricional, lo que va a hacer que lleguen pocos nutrientes al folículo y por tanto, el crecimiento del cabello se vea reducido.
Hormonas: el aumento de los niveles de andrógenos hace que aumente la caída capilar. Ejemplos: Durante la menopausia hay una disminución de los estrógenos y la progesterona por lo que, en la balanza de equilibrio hormonal, aumenta la relación de los andrógenos -> estimulan la enzima 5-α reductasa -> favorece la caída capilar. En el Síndrome de Ovario Poliquístico ocurre parecido, el exceso de andrógenos favorece la caída capilar. En cambio, durante el embarazo aumentan las hormonas femeninas por lo que se aprecia una mejoría en el cabello. Pero, después de parto estas hormonas descienden produciéndose el efecto contrario y aumentando la caída capilar de forma temporal.
Estrés: el estado emocional es clave. Puede provocar una mayor caída del cabello o un crecimiento más lento. Cuando hay estrés se produce un incremento en la respuesta inflamatoria a nivel celular. Se liberan mediadores inflamatorios que alteran el equilibrio de crecimiento del cabello. Estos mediadores pueden interrumpir la fase anágena de crecimiento del cabello, provocando así que se acorte y que el cabello pase a fase catágena de forma prematura. Los casos de estrés prolongado, pueden provocar una disminución del número y del grosor de los cabellos en fase anágena y un aumento del los cabellos en fase telógena (mayor caída).
Además, hay otros factores que van a interferir tanto en el cuero cabelludo como en la fibra capilar y que puede ser determinante conocerlos para optimizar el cuidado de nuestro cabello:
Contaminación y tabaco: las partículas contaminantes puedes acumularse en el cabello y dañar su capa protectora: piel más seco, dañado, decolorado…
Microbiota: la salud de la microbiota del cuero cabelludo es fundamental. Un desequilibrio afecta a la salud del cabello
Condiciones ambientales y radiación UV: la radiación ultravioleta o cambios bruscos de temperatura, pueden alterar la capa protectora del cabello y el cuero cabelludo y, con ello aumentar el riesgo de daño y rotura de la fibra capilar.
Manipulación física: los procesos térmicos (secado, planchado, etc), de decoloración, los peinados tirantes constantes… pueden afectar tanto a la parte externa del cabello como a la salud del cuero cabelludo: cabello más frágil, sin brillo, puntas abiertas…
Toma de ciertos medicamentos.
Más datos:
Lo normal es perder entre 50 y 100 pelos de forma natural al día, tras cumplir el ciclo de vida que va desde los 2 a los 7 años.
Cada persona tiene su propio ciclo capilar pero, en general, suele haber picos de mayor caída: en abril (primavera) y a finales de agosto-septiembre (otoño).
Estos picos pueden prolongarse hasta 2 meses -> EFLUVIO TELÓGENO ESTACIONAL: es un proceso reversible y temporal.
Hay factores que pueden hacer que este efluvio se alargue (como el estrés) o sea preocupante (caída excesiva durante más de dos meses, se observa menos densidad capilar, aparece algún tipo de calva, la caída es mucho mayor que otros años…). En este caso, consultar siempre con un profesional.
¿Cómo podemos controlarlo?
Aunque habrá otro artículo más extenso sobre el cuidado capilar, dejo por aquí unas pequeñas pinceladas:
Lava el pelo (el cuero cabelludo) con frecuencia: lavarlo más no implica más caída. Debemos limpiar el cuero cabelludo según las necesidades de nuestro cuero cabelludo. El acúmulo de grasa, polución … hace que se debilite más.
Cepilla bien el cabello: sin tirones, de abajo hacia arriba y preferiblemente con el cabello seco.
Ayúdate con algún nutricosmético: que dé un aporte extra de vitaminas y oligoelementos al folículo piloso.
Utiliza algún tratamiento tópico que refuerce la nutrición a través del cuero cabelludo, proteja la raíz y mejore la salud del cuero cabelludo.
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